La oportunidad de emprender, adicional a la innovación en modelo de negocio o forma de resolver un problema, tiene que ver con la capacidad que se tiene de formar equipos altamente comprometidos. Equipos capaces de trabajar en un pleno entendimiento de que deben colaborar entre grupos heterogéneos para lograr una meta común, con recursos y tiempo limitados.

Construir un equipo de alto desempeño será la principal ventaja competitiva que tendrá un emprendedor frente a la competencia (independientemente de los recursos económicos). Las empresas hoy en día no se miden ni por el número de empleados ni por su capacidad de invertir recursos. Las empresas se miden por su grado de innovación y los productos o servicios que están lanzando al mercado. Estas dos características empresariales (Innovación y nuevos productos) definen el eje de la nueva economía.

Es por esto que el argumento actual es la capacidad de sumar fuerzas en un equipo de trabajo. Un grupo de emprendedores bien alineados con un objetivo común puede lograr más que una inversión millonaria en investigación y desarrollo.

Una buena comunicación y engranaje entre este equipo de emprendedores tendrá un mayor impacto que sesiones enteras con consultores y juntas de planeación y presupuestos.

El trabajo en equipo en torno a un objetivo común, con una implementación sobresaliente es el pilar de toda empresa. El aprendizaje que uno debe llevarse de este cambio en la construcción de empresas es que debemos enfocarse en la construcción de equipos.

Debemos hacer a un lado las nociones tradicionales de reclutamiento y selección, puestos de trabajo, horarios y cubículos, e incluso debemos redefinir las nociones de compensación. Lo central par hacer crecer nuestras empresas será: Trabajar de forma colaborativa en un ambiente de creatividad, de compromiso y enfocado a resultados.

Es la capacidad de trabajar en equipo lo que hará que las grandes ideas sean ejecutadas e implementadas de manera sobresaliente.

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